Lo Imprescindible para una Adecuada Gestión Emocional

Gestión emocional o equilibrio emocional a veces se confunde con librarnos de determinadas emociones y estar permanentemente alegres.

Es un Gran Error.

Sobre las emociones he escrito otros post y con el de hoy me gustaría dar un paso más en este amplio, apasionante e importante tema.

El ser humano es un mamífero más evolucionado y esa misma evolución hace que necesitemos más años hasta que conseguimos valernos por nosotros mismos.

Durante la infancia es cuando se empieza a aprender a gestionar las emociones. Principalmente en la relación con la madre o con quien haya asumido este papel, con el padre y con aquellas personas que hayan sido más cercanas.

El niño aprende a gestionar las emociones en la medida que la familia las acepta y reconoce esas emociones.

Hay emociones que a nivel cultural han sido negadas. En el caso del hombre la ternura es algo que no está aceptado, es cómo si no fuera propia del hombre.

Así ocurre que el hombre puede sentir la ternura pero no lo reconoce y cuando pasa eso, puede ser que atribuya o proyecte en otra persona, probablemente una mujer, esa emoción.

En las mujeres se ha negado el derecho a protestar, se traduce en una tristeza pero en realidad lo que hay es rabia.

Cuando se reconoce que detrás hay una rabia por no sentirse valorada en el trabajo, o por no sentirse querida, etc. es cuando se puede gestionar.

También hay familias donde determinada emoción no es aceptada, no se puede sentir ni expresar.

Por ejemplo no hay lugar para la tristeza y si el niño la muestra en algún momento, se le dice “no llores, no es para tanto”, “no tiene importancia” o “llorando no solucionas nada”.

También puede ocurrir que la mamá no escucha al niño cuando está triste y sin embargo cuando rompe cosas ahí si le presta atención.

La emoción que no se ha aprendido a gestionar no se sabe que hacer con ella.

¿Que emoción no ha sido aceptada en tu familia?

Reconocer en qué emoción se está permite transitarla mejor.

Cuando surge una emoción, si se deja salir, produce una autorregulación de nuestro organismo. Esto es lo que permite que no se quede bloqueada.

Según la emoción que se tenga hay un tipo de respiración y una postura corporal. Según esa postura corporal se desarrolla un circuito energético que afianzará a su vez un tipo de respiración.

Seguro que cuando piensas en una persona depresiva (en la cual predomina la tristeza) tienes la imagen del pecho hundido y hombros hacia abajo porque esa es la postura corporal típica. La tristeza sin llegar a la depresión también conlleva esa postura corporal.

Cada uno de nosotros tenemos una música de fondo que nos acompaña habitualmente. Es esa emoción que es la que suele estar presente y esta ligada al carácter.

Esa música de fondo se refleja en nuestra disposición corporal y en nuestra cara.

Para poder reconocer la emoción es necesario pararse. Algo que en el estilo de vida que tenemos actualmente no sucede. Estamos siempre en la acción, en hacer, hacer y rápido.

¿Cómo vivimos lo que nos sucede?

Parar, te permite respirar y poner la atención en lo que te está sucediendo y preguntarte qué es lo que hay.

Si no lo haces, puede llegar el día que te de un ataque de ansiedad y no sabrás que ha ocurrido.

El Pilar de tu Equilibrio Emocional

Cada emoción tiene una función por lo tanto querer acabar con ellas, anularlas, no sentirlas, etc no te sirve para la relación contigo misma y con los demás.

Hay dos emociones que son expansivas, en el sentido de que despliega el cuerpo, la alegría y la rabia. La alegría tiene como función crear vínculo y la rabia diferenciarse de lo que nos molesta y separarnos de ello.

La tristeza y el miedo son dos emociones con las que te repliegas, la tristeza te ayuda a desprenderte y el miedo es una señal de peligro que te avisa del daño que puedes recibir o infligir.

En tu vida diaria siempre aparecen dos emociones juntas ante determinadas situaciones o en la relación con el otro siendo el otro cualquier persona con la que establezcas algún tipo de interrelación.

Por ejemplo:

  • ante una entrevista de trabajo para un puesto que te interese puede aparecer la alegría por tener esa oportunidad y el miedo por no ser adecuada, por no cumplir con el perfil, etc.

  • en un encuentro con un hombre o mujer que te resulte atractivo/a puede aparecer el erotismo por la atracción que sientes por esa persona y al mismo tiempo el miedo por ser rechazada o no aceptada.

Reconocimiento

Una gestión adecuada del miedo sería permitirnos darnos cuenta de lo que estamos sintiendo y no recurrir a un bloqueo o la huida.

Es fundamental saber a qué tienes miedo. Parace obvio pero en determinadas situaciones hay diferentes elementos que pueden provocar el miedo, para cada persona es distinto.

Reconocer cuál es el peligro para ti.

Pero si es importante reconocer la emoción, es fundamental reconocer la que va asociada. Es importante reconocer esas dos emociones porque es lo que te va a ayudar en el proceso de gestionar tus emociones.

La emociones aparecen a pares.

Puede ser que sientas miedo y la otra emoción sea la rabia, sin embargo optas por la primera porque si reconocieras la rabia podrías expresar tu molestia a tu jefe por una decisión que ha tomado que te parece injusta. De esta manera tu miedo a las represalias prevalece sobre tu rabia.

Reconocer tu miedo y tu rabia te permite estar con ambas emociones y tener la posibilidad de encontrar un equilibrio entre ellas. Porque de ambas y no sólo de una depende una gestión adecuada.

Aprender a gestionar las emociones es un camino que está lleno de recovecos y matices. Poner la atención y pararte es lo que te va a permitir avanzar cada día para conseguir el equilibrio que deseas y no sentirse desbordada.

Si te interesa el tema y quieres profundizar en algún aspecto, comparte aquí tus inquietudes y las recogeré para los próximos posts. Muchas gracias por tu colaboración y seguirme.

Deja un comentario

Quiero superar el estrés que sufro en mi trabajo

¿Cómo puedo hacerlo?

Te Escucho

Escríbeme una consulta en este formulario y te contesto lo antes posible.

Terapia Individual en Barcelona (Sant Andreu-Nou Barris) y online vía zoom en donde quieras que estés