El Secreto para que la Navidad no se Convierta en una Pesadilla

¿Qué hace que la Navidad se convierta en una fecha desagradable?

Hace unos días una clienta en la consulta privada me comentaba que para ella las fiestas de Navidad eran unas fechas que no le resultaban nada atrayentes, más bien durante algún tiempo había sido motivo de desagrado y disgusto.

No es la primera vez que lo escucho y para mí, que las Navidades son motivo de encuentro, de ilusión, de diversión y magia,  durante mucho tiempo me había resultado extraño oír esto. La primera vez que lo escuché fue a un compañero del trabajo, hace ya unos cuantos años. Decía que odiaba la Navidad. ¡Me quedé perpleja!

Con el tiempo y a medida que he ido ampliando mi mapa de la realidad (este es tema para otro día), he ido entendiendo qué es lo que hace o mejor dicho, he ido identificando que factores son los que hace que para unas personas las Fiestas de Navidad sean maravillosas y otras deseen que pasen lo antes posible o incluso se organizan un viaje para escapar de las mismas.

¿Para ti, que son? ¿Cómo las vives?

Algunos factores a tener en cuenta

Los factores que pueden entrar en juego para que estás fechas se conviertan en desagradables u odiosas, según sea el nivel de rechazo, están relacionados con las vivencias que hayas tenido en el pasado, a veces en tu infancia, el entorno en el que te mueves actualmente y  lo que haces.

#1# Perdida de un ser querido

Tengo una buena amiga que perdió a su pareja justo en las fiestas de Navidad y como ella, seguramente, habrá muchas personas que hayan perdido a un ser querido durante estas fechas.

El recuerdo de ese momento está asociado a la fecha, pero realmente su ausencia es lo que provoca esa tristeza y desazón.

También recordarás a los que ya no están aunque justo no haya sido en estas fechas.

Seguramente a lo largo del año habrá más momentos (oír una una canción que le gustaba, pasear por aquel lugar donde estuvimos la última vez, una foto,…) que hagan más patente esa ausencia.

No obstante, la ausencia de un ser querido parece que durante estas fechas se note más, posiblemente porque recuerdas esos momentos vividos y compartidos en los encuentros familiares o con amigos y que ya no volverán a repetirse.

Si ya no estás en el proceso del duelo, una manera de manejar esta situación sería darle a ese recuerdo un espacio desde la alegría de haber podido compartir con esa persona todos esos momentos y celebrarlo. Valora lo que has tenido y sigues teniendo de ella aunque ya no esté presente físicamente. Sería dejar a un lado la carencia.

#2# Reuniones Familiares por doquier

Hay quien se queja de la cantidad de reuniones familiares que hacen que al final apenas quedan días para estar en casa y descansar. Parece cómo que la agenda se llena y no hay un momento para el reposo y en 5 días te llegas a encontrar 3 veces y a día completo con casi las mismas personas.

Si además a esto le añades, que en algunos casos no hay mucho feeling con alguna de esas personas, o incluso no hay una buena relación, la cosa se complica más. Entras ya en un terreno en el que, tal vez, estas yendo en contra de tus principios y te sientes hipócrita y ello te produce un gran malestar.

En estas situaciones a veces lo que ocurre es que entra en juego la familia de tu pareja y las costumbres familiares que pueden ser muy diferentes de las tuyas (entra en juego el mapa de cada uno, otra vez).

Hay familias que lo celebran todo y a lo “grande”, familias tal vez muy extensas, que hace complicado racionalizar esos encuentros. Hay familias que apenas si se reúnen un día y ya es suficiente o incluso que con el tiempo y al no haber niños pequeños, han dejado de hacerlo.

Aquí tendrías que preguntarte dónde está el quid de la cuestión:

  • lo haces así porque siempre lo has hecho así y no te lo has cuestionado

  • lo haces así porque si planteas otra alternativa habrá enfados ya sea por parte de tu familia o la de tu pareja

  • lo haces así porque a tu pareja le encanta o para ella es importante

El tema sería ver qué es lo que más te pesa y a partir de ahí hacer algo al respecto, ya sea revisar con tu pareja lo que cada uno necesita. Poner algún límite a la familia con cierta estrategia,  etc.

Y llegado el día, plantearte disfrutar de aquellas pequeñas cosas que puedas encontrar (ya sea la cara de felicidad de tu hijo, ya sea ese suculento plato que la suegra o nuera o madre prepara con todo cariño, ya sea de una mirada de apoyo o amorosa de tu pareja). Estar atenta a esas pequeñas cosas que, en otras ocasiones te pueden haber pasado desapercibidas porque has puesto el foco en lo que no te gusta.

#3# Consumo Desmesurado

Seguro que si no lo has pensado tú lo habrás oído en multitud de ocasiones, y es que estas fiestas es consumir, consumir y ya está, son materialistas.

Es que es indecente la cantidad de regalos que los niños reciben. Así, no valoran nada”

Pues sí, para que nos vamos a engañar.

Ahora bien, ¿y qué haces tú al respecto? ¿Te dejas llevar por la vorágine?

Porque el tema no es sólo lo de los juguetes, son los regalos en general, las comidas, fiestas, salidas, etc.

Esas comidas copiosas que parece que tengamos que comer para el resto del mes o esas comidas tan exclusivas o sibaritas sólo por el hecho de serlo, porque hay que hacerlo.

Seguramente, tu puedes hacer algo al respecto, además de poner el grito en el cielo cuando a tus hijos les llenan de regalos. Pedir a quien corresponda (abuelos, tíos, etc), que no lo hagan aunque te pueda suponer una mala cara.

La cuestión es, ¿es la Navidad o es con que actitud y cómo la vivimos cada uno de nosotros?

Si no te gusta o hay algo que no te gusta, mira que es y qué puedes hacer al respecto. Simplemente, aunque con ello no quiero decir que sea fácil, se trata de vivirla como cada uno lo desee o sienta.

Puede ser como cualquier otra fecha del año o como una fecha de encuentro familiar y disfrute a tu medida y no a la medida de los demás o la que te quieran vender. Pero para eso, hay que estar atenta y pasar a la acción.

O como recomienda Borja Vilaseca en su artículo Cómo Sobrevivir a la Navidad «aprovechar estos días navideños para entrenar los músculos de la empatía, la aceptación, el perdón y la compasión»

Estas son algunos de los factores que pueden entrar en juego, seguro que hay algunos más.

Como reflexión final puedes hacerte la pregunta que se hacía la clienta a la que me refería al principio:

«¿Y qué hacemos durante el resto del año?

¿por qué lo dejamos que se concentre todo en estos días?»

Y ahora te toca a ti, puedes dejar aquí tus comentarios o contar tu experiencia con las Navidades. Muchas gracias.

3 comentarios en «El Secreto para que la Navidad no se Convierta en una Pesadilla»

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