¿Cómo aprovechar todas tus cualidades?

Descubrir la propia Esencia o Identidad

 

¿Sabes realmente cual es tu potencial?

¿Has descubierto algo sobre ti mima que no te esperabas ni sospechabas?

¿Has descubierto que de pequeña eras más cariñosa, chistosa, habladora, lanzada…y no lo recuerdas?

¿Te han dicho que transmites positivismo o calma o seguridad o… y no eres consciente de ello?

No se si a ti te ha pasado, pero a muchas personas, me incluyo en el grupo, nos ocurre que tenemos una visión de nosotras mismas incompleta o parcial y posiblemente todavía la sigamos teniendo.

Lo que quiero decir con esto es que a veces un hecho fortuito o tal vez no tan fortuito, hace que nos demos cuenta de que somos capaces de hacer cosas impensables o actuar de manera diferente a cómo lo hacemos habitualmente.

En otras ocasiones son los demás, las personas de nuestro entorno, con las que nos relacionamos cada día, que en un momento dado nos dicen que destacarían de nosotras una determinada cualidad, cualidad que no acabamos de percibir o sentir como propia.

También nos puede ocurrir que sea alguien de nuestra familia que nos hable de cómo eramos o de algo en concreto que hacíamos cuando eramos pequeños y nos digamos ¿eso hacía yo? o ¿así era yo?.

Por ejemplo que eramos muy locuaces y que hablábamos con todo el mundo cuando hemos pensado siempre que somos una persona muy tímida.

¿Te ha ocurrido alguna vez? ¿has descubierto una parte tuya desconocida para ti?

Cual es esa esencia, qué es lo que te identifica como persona, como Ser, puede ser una calidez que desprendes en el contacto con los demás, puede ser una sensibilidad especial, una seguridad en lo que haces y dices, un toque cómico o de payasa, una voz que envuelve… ¿Cuales son esas cualidades que te caracteriza a ti?

Hay cualidades que ya conocemos, que son de las que hablamos, que son las que llevamos como bandera cuando tenemos que presentarnos una entrevista de trabajo. Pero ¿y esas otras que desconocemos o nos quedan muy lejanas en el tiempo?

¿Qué es lo que ha pasado o pasa?

Lo que nos puede dar pistas sobre lo que ha ocurrido ahí, que hace que no lo reconozcamos y por tanto que, de alguna manera, rechacemos una parte nuestra es cómo reaccionamos ante ese descubrimiento.

Negación

La negación consiste en negar la existencia de un hecho, ya sea por incredulidad, porque pone en tela de juicio la imagen que teníamos hasta el momento de nosotras mismas. Puede ser que sea una cualidad muy valorada por nosotras y creamos que no nos corresponde.

En este caso sería algunas frases típicas:

“Pero qué dices, eso no es así. Estás equivocada”

“Tu me miras con buenos ojos”

“Esto es casual, no es que yo sea así, han sido las circunstancias”

Rechazo

Reconocer esa cualidad puede suponer el tener que enfrentarse a creencias muy arraigadas sobre qué tipo de imagen es la adecuada y aceptable o qué tipo de cualidades son las válidas en una persona.

Por ejemplo: si el ser un poco payasa implica que no eres una persona sería y equilibrada y estas dos cualidades son importantes para ti.

Tal vez tiene que ver con cosas que nos dijeron de pequeños:

“Deja de hacer el tonto”

“Las niñs mayores no hacen tonterías”

“Si quieres conseguir algo en la vida tienes que ser más serio”

Si no encaja con ese esquema, puede producir rechazo porque no puedes asumir o aceptar que esa cualidad forme parte de ti. En este caso habría que hacer una revisión de tus creencias y valores.

Miedo

En otros casos puede tener que ver, con el miedo a asumir un papel diferente o a enfrentarte ante nuevos retos que van asociados a esa cualidad y que los puede ver cómo un peligro e incluso provocarte estrés y tensiones.

¿Qué podemos hacer?

Una vez que hemos descubierto una parte más de nosotras mismas, algo que tal vez nos ha sorprendido, nos ha emocionado, nos ha alegrado y puede que con una mezcla de miedo, incredulidad y desasosiego, podemos investigar qué es lo que nos está pasando a partir de cómo hemos reaccionado.

Descubrir qué creencias, valores, temores y experiencias de nuestra vida están en juego.

Para ello tienes que estar dispuesta a sorprenderte, a cuestionarte, a preguntarte, a mostrarte, a experimentar. Sí, porque una vez has hecho ese hallazgo, has descubierto ese brillante escondido u olvidado durante tanto tiempo, una vez has abierto esa puerta, tal vez sin darte cuenta, de ti depende darle un espacio.

Darle un lugar, reconociéndolo, aceptándolo, para que pueda expandirse, desarrollarse, expresarse, para darnos alegría de ser y mostrar lo que somos. Incluso si en tu entorno, familiar o profesional produce cierta sorpresa o inquietud.

Porque algo te puedo asegurar y te lo digo desde mi experiencia, y es que una vez lo has descubierto, se quedará a tu lado y sólo depende de ti que crezca y te enriquezca.

Cuéntame ¿que cualidades has descubierto que te han hecho o están haciendo cuestionarte o revisar creencias, valores…?

Gracias por estar ahí.