LA CLAVE PARA TENER UN PLAN Y LLEVARLO A LA ACCIÓN
Hace algún tiempo descubrí que para que un Proyecto, Sueño, Deseo, llámalo como quieras, se convierta en realidad hay tres pasos básicos:
- El Deseo o Idea
- Un Plan para conseguirlo
- Detectar Puntos fuertes y débiles
Hay personas que se especializan, sin pretenderlo, en uno de esos pasos olvidándo el resto o no prestándoles mucha atención.
¿Qué ocurre cuando tienes un deseo?
Hay personas, seguro que conoces a alguien o incluso puede que tu misma, que tienen una gran capacidad para generar ideas. Tienen montones de ideas, no se les acaban. Ideas irresistibles, interesantes, novedosas, a veces locas. Igual te dices a ti misma: ¡Qué creativa que soy. Que cantidad de ideas estupendas que tengo!
Lo que ocurre a veces es que ¡son tantas! que al final entre que te decides por una u otra, ya surge una nueva y con la que habías empezado se queda en el tintero. Sí, empezaste a plantearte qué debías hacer , qué pasos a dar, y se quedó ahí.
Son esas personas que empiezan muchas cosas pero que cuando echas la vista hacia atrás, ves que ninguna de esas ideas o proyectos se han llevado a cabo o se han quedado a medio camino.
Cuando ya tienes el Plan y pasas a la Acción
Supongamos que igual no tienes tantas ideas, no las necesitas, con la que tienes es suficiente porque enseguida te pones manos a la obra a hacer un Plan.
Una vez que has visto que recursos necesitas, que pasos hay que dar, vas y te pones a hacer lo que hay que hacer sin planteártelo más. Casi que se te pasa la idea por la cabeza y aún está ahí y has hecho un montón de cosas.
¡Que maravilla! ¡Es que no hay otra manera!
Por el camino cuando ya estás en marcha y medita hasta el fondo, empiezan a surgir los problemas, las dificultades, que en ningún momento te planteaste, porque no te preguntaste qué era lo que podía fallar.
Cuando hay que detectar los Fallos
Puedes decir ¡Que va a mi no me pasa eso!.
Antes de dar un paso, analizas pros y contras, lo revisas, ves más inconvenientes o problemas que pueden aparecer. A veces lo primero que ves son los problemas ya nada más empezar a plantear la Idea.
Los problemas salen de debajo de las piedras, suerte que los ves y puedes volver a revisar el Plan para que esté lo máximo de afinado posible. Igual piensas: “¡Es estupendo poder detectar tantos inconvenientes! ¡Soy un hacha!”
No te das cuenta y mientras revisas y vuelves a revisar el tiempo ha pasado y o te han copiado la idea, o ya no tiene objeto o ya estás agotada de tanto trabajo pero, de hecho, aún no has llevado a cabo el Plan, es decir, no has emprendido ninguna acción.
¿Te sientes identificada con alguna de esta situaciones?
Posiblemente pienses que exagero, que son extremos. Si, tienes razón, porque seguramente la mayoría de nosotros no estamos en estado “puro” y seguramente hay personas que tienen la suerte o tal vez no es suerte, de tener un equilibrio entre esas tres maneras de situarse ante un proyecto, sueño, deseo…
Pero, lo más habitual es que predomine uno de esos aspectos, una de esas maneras de hacer y de funcionar por la vida.
Te vuelvo a preguntar ¿cual predomina en ti?
Como en la mayoría de ocasiones cada manera de afrontar las situaciones, cada manera de actuar, tiene sus pros y sus contras. Vamos a hacer un repaso. Les he puesto un nombre a cada uno:
Un mundo multicolor
- Visionario
- Creativo e innovador
- Ilusión
- No hay límites
- Dispersión
- Aburrimiento constante
- No concreto
Si nos quedamos aquí lo que puede ocurrir es que nos quedemos con la frase “los sueños, sueños son y no son realidad”. Simplemente no llegaremos a poner en marcha y conseguir esos objetivos, que nos propongamos. Iniciaremos muchas cosas pero pocas acabaremos.
Acción, Acción hasta la extenuación
- Materializar
- Dinamismo
- Aprendizaje
- Acción
- Sobrecarga y sobre esfuerzo
- Exposición al cuestionamiento
- Poca reflexión
Si sólo implemento, lo más probable es que haga siempre más de lo mismo. Seré posiblemente un adaptado feliz.
Parálisis por el Análisis
- Prudencia
- Pragmatismo
- Detección de problemas
- Parálisis
- Aburrimiento
- Indecisión
Si sólo hay análisis seré la aguafiestas, la que desmotive a los que se encuentran a mi alrededor y no iniciaré nada.
¿Qué ocurriría si pudiéramos combinar cada uno de ellos?
Si soy un soñador y un pragmático, puede ocurrir que me quede en la mediocridad y vaya de error tras error ya que nunca cuestionaré las ideas, los planes que realice.
Si soy un pragmático y un analítico me quedaré sumido en los de siempre y sí que haré cosas, si que actuaré pero siempre dentro de mi zona de confort, siempre en la rutina.
Si soy un soñador y un analítico iré de la locura de mi sueño a la parálisis y cuestionamiento, entrando en un bucle.
Como en muchas ocasiones el equilibrio en este caso sería nuestro mejor aliado. Hay personas, aquellas a las que me refería más arriba, las que tienen suerte, que ya disfrutan de este equilibrio. Puede ser porque lo hayan aprendido en su entorno, puede ser por su propia experiencia o simplemente por entrenamiento.
Si aprendes, porque se puede aprender, y combinas al soñador, al ejecutor y al crítico, conseguirás poner en marcha esos anhelos, deseos y objetivos de una manera exitosa en cuanto a resultados, satisfacción personal y equilibrio para tu entorno más próximo.
Estos tres estados (soñador, realista o ejecutor y crítico) fueron definidos por Robert Dilts uno de los desarrolladores de la PNL que observó cual era el método de trabajo de Walt Disney y de ahí creo lo que se ha denominado la Estrategía Disney que se puede aplicar para desarrollar la creatividad en cualquier área.
¿Dónde te ves tú?
Te invito a que compartas lo que es para ti y lo que hayas descubierto en tu camino.
Y si además a veces te sientes estresada o desbordada, puedes solicitar aquí mismo mi Ebook “Olvídate del estrés”.