Erase una vez una mujer de cierta edad que cada día cuando salía al jardín de su casa se lo miraba y pensaba:
“qué jardín más feo, que flores más mustias”.
Después miraba el jardín de su vecina y se quedaba embelesada contemplando las margaritas, las rosas, las hierbas aromáticas y al respirar le llegaba su suave fragancia. Y pensaba: “qué maravilla de flores, que preciosas, da gusto contemplarlas. Si pudiera tener un jardín como ese…”
Un día tras otro, hacia lo mismo y pensaba lo mismo, hasta que un día su vecina que se había dado cuenta que cada día se quedaba unos minutos mirando hacia su jardín, se le acercó y la saludó.
La mujer que contemplaba el jardín, le devolvió el saludo y casi automáticamente le dijo:
“¡que jardín más precioso que tienes!, sin embargo, mira el mio, ¡que marchito y feo está!” y prosiguió “no entiendo por qué. Tenemos el mismo tipo de tierra, el mismo clima, la misma luz.”
La vecina le preguntó, “¿qué es lo que haces para cuidarlo?
“Pues lo que hace todo el mundo, planté algunas semillas y de vez en cuando riego. ¿Tú haces algo diferente?”
La vecina le dijo, lo que hago es plantar las semillas de las flores que me gustan y cuidar de ellas cada día, quitando las malas hierbas. No dejo que ninguna mala hierba le quite espacio a mis flores para que así crezcan fuertes y sanas.
Nuestros pensamientos son como las semillas del jardín, según lo que plantamos, eso es lo que conseguimos. Si dejamos que las malas hiervbas crezcan por doquier, invadiendo nuestro jardín, eso es lo que tendremos.
Esas malas hierbas nos producirán malestar, enfado, tristeza, angustia, vergüenza, celos, y una gran variedad de estados de ánimo y sentimientos no deseables.
Los mensajes que te dices tienen poder
Todos tenemos un dialogo interno permanentemente. Nuestro cerebro no descansa, sólo hay pequeños intervalos apenas detectables donde no hay pensamiento.
Nuestra capacidad de prestar atención a nivel consciente se reduce a un máximo de 7 estímulos a la vez, sin embargo procesamos hasta 400.000 bits de información.
Toda la información de la que somos conscientes después pasa a nuestro subconsciente donde queda almacenada.
Tu dialogo interno, a veces representado por un diablo y un ángel, son esas cosas que te dices a ti misma ante cualquier situación que te acontezca y que puede empezar por alguno de estos pensamientos:
- “Hoy va a ser un día duro.”
- “Vaya que mal empezamos hoy”
- “Ya lo veo venir, me van a pasar a mi el marrón”
- “ Soy incapaz de hablar con esa persona, no la soporto”
- “Se me va a complicar el día”
- “No voy a conseguir acabar con este informe. Ya lo sabía y aún así he dicho que sí. ¿Por qué me pasa esto siempre?”
- “Soy muy lenta asimilando la información, es lo que siempre me ha pasado”
- “No conseguiré nunca que me entienda. Siempre me dice lo mismo y no me escucha”
¿Tus malas hierbas son de este tipo o parecidas?
Como te habrás dado cuenta, son todas muy positivas. Pon tu atención en este tipo de pensamientos.
Porque lo que te interesa hacer es eliminar esas malas hierbas, hay que poner atención y detectarlas para arrancarlas de tu mente, para sustituirlas por esas flores, esos pensamientos que te permitirán transformar tu realidad y tu vida.
Si te digo que nuestro subconsciente no reconoce pensamientos positivos o negativos para él todos son válidos, ¿qué te parece?
Además, los pensamientos nos generan emociones y pueden ser positivas o negativas, va a depender del tipo de pensamientos que tengamos. Entendiendo por positivas o negativas el efecto que puede tener sobre nuestra conducta, es decir, si nos ayudan, si nos motivan, si nos estimulan, en ese momento o no.
Por ejemplo, podríamos decir que la tristeza es “negativa” si te está impidiendo de manera recurrente salir y relacionarte con tus familiares o amistades.
Sin embargo si estás triste debido a la perdida de algún ser querido es algo normal y es beneficioso expresar ese dolor para poder superarlo con el tiempo.
Además de producirnos emociones negativas o estados de ánimo que nos restan energía, capacidad de decidir, está comprobado que tienen un efecto también a nivel físico, liberando determinado tipo de sustancias que van a poner en marcha mecanismos de alerta o defensa, que a su vez generarán pensamientos negativos.
Que tengas algún hierbajo en tu jardín de vez en cuando no tendrá graves consecuencias, pero si son más las malas hierbas que las flores, seguramente vas a sentirte insatisfecha, insegura, irritada, intranquila, estresada o angustiada, entre otros sentimientos, en muchos momentos de tu vida diaria.
Tú tienes las clave para transformar tus pensamientos en tu beneficio
Todos, absolutamente todos, tenemos la capacidad de controlar nuestros pensamientos.
Tú tienes la capacidad de transformar tus pensamientos.
Tu pensamiento consciente es el que tiene la capacidad de filtrar, organizar, razonar, la información que te llega y los pensamientos que tienes.
Tu subconsciente se alimentará de todo aquello que le llegue. Si lo que le llega son esas semillas que tu has seleccionado cuidadosamente, él se encargará de que germinen y crezcan esos pensamientos constructivos y positivos.
Por el contrario, si dejas que cualquier pensamiento llegue, es cuando alimentarás a tu subconsciente con pensamientos poco constructivos.
Probablemente algunos de esos pensamientos no constructivos tengan su origen en lo que te han dicho o has oído durante mucho tiempo, en tu infancia, adolescencia en tu entorno familiar o en el colegio. “No eres lo suficientemente fuerte”, “No lo vas a conseguir”, “No puedes hacerlo” “Las cosas cada día están peor”.
Son pensamientos que no te has cuestionado en su momento y que los has asumido sin más y que se han quedado instalados en tu subconsciente.
Revisa cuales son esos pensamientos que te repites habitualmente, que en muchas ocasiones son automáticos y cámbialos por otros que te resulten más constructivos.
Cuida de tu jardín si deseas tener hermosas y coloridas flores que te envuelvan con sus suaves fragancias.
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