Qué puedes hacer para dejar de relacionarte con personas «difíciles»

Seguro que has etiquetado a más de una persona.

Sí, y no hablo de etiquetas con el precio.

Me refiero a eso de, es una “sabelotodo”, es una “falsa”, es una “chivata”, etc.

Es algo muy habitual y de lo que muchas veces no somos totalmente conscientes.

¿Qué te pasa cuando te encuentras con una persona con la que te resulta difícil relacionarte?

¿Qué te pasa cuando prefieres callar a decir lo que piensas, te molesta o deseas?

Tal vez eres de la que prefiere callar porque si dices o comentas algo que te molesta, sabes que la otra persona no lo aceptará o puede ser el inicio de una discusión,

Así que prefieres hacer como que no ha pasado nada y te guardas ese comentario aunque en el fondo te hace sentir mal. Y esto no te pasa una sola vez sino que te pasa en más de una ocasión, puede que incluso sea lo habitual.

Y cuál es el motivo, pues que no es el momento oportuno, porque hay otras personas delante o el lugar donde estás, o porque no quieres que te vean como una quejica, o …

Lo que ocurre es que todas esas palabras no dichas las vas guardando y almacenando, mejor dicho acumulando en tu disco duro hasta que llega un momento que el disco se llena y ya no acepta más información.

Ese es el día en el que lo sueltas todo de golpe, aparecen todos esos momentos en los que te has callado, es como si te hubieras tragado un comprimido efervescente y todo saliera por tu boca sin posibilidad de control alguno.

Y es que claro, ya no puedes más, tu enfado o rabía es tal que arremetes sin piedad, no sólo con tus palabras puede que incluso con tus actos, das un portazo, tiras lo que tienes más a mano. Y por supuesto tu tono, ese tono, que es como si saliera de tus entrañas porque realmente es así.

Y llegado este punto has conseguido aquello que tanto habías estado evitando, el conflicto, el enfrentarte. Ahora bien, lo has ido preparando durante ¡tanto tiempo!, inconscientemente claro, que te ha salido bordado.

Bordado para que la relación sufra un impacto en la línea de flotación. Puede ser que a partir de ese momento esa amistad que tenías con esa persona se vea resentida o incluso se llegue a romper.

¿Qué ha hecho que no hayas podido evitar lo que tanto temías?

Lo que ha pasado tiene que ver con varias cosas:

  • Por un lado con la capacidad de expresar los sentimientos, opiniones, deseos de una manera asertiva. Sobre este tema hablaré en el próximo post.
  • Por otro lado el hecho de postergar  aquellas situaciones que nos resultan dificiles o desagradables.
  • Por último, cómo nos relacionamos con las personas “difíciles”.

¿Te preguntas por qué entre comillas?

Pues porque todo depende, como dice la canción de Jarabe de Palo.Tal vez, esa es la percepción que tienes tú sobre esa persona o esas personas con las que te ha ocurrido alguna situación similar.

Sí, digo la percepción porque no deja de ser tu punto de vista. Seguramente hay personas (amigos, compañeros de trabajo, familiares) con los que tú te llevas bien y tienes una buena relación y sin embargo, otra amiga tuya, compañera, etc. tiene problemas con ella y tu no entiendes el motivo.

Pues lo mismo se aplica pero a la inversa.

¿Qué hace que pongamos etiquetas a las personas “difíciles” ?

Lo motivos pueden ser diversos:

  • Que desde un principio no haya habido “feeling”, “química”, llámalo como quieras. Aún así habéis iniciado una relación en el caso de una amistad o las circunstancias (compañeros de trabajo, familiares) hacen que exista ese contacto.
  • Que hubiera una buena relación aunque existieran diferenccias y con el tiempo, sobre todo si son relaciones de años, esas diferencias sean cada vez mayores.

En el primer caso seguramente lo que ocurre es que vuestros mapas son diferentes y es lo que provoca que tengais puntos de vista, a veces muy distintos, sobre un mismo hecho o situación.

Según tus experiencias, tu manera de comprender la vida, tus valores, vas a percibir, valorar, entender o no entender a esa persona.

Y en ese momento es cuando vas a calificarla, es cuando pensarás, es que es “una quejica”, “una amargada”, “una sargento”, un sabelotodo”, etc. etc. lo que para ti resuma su manera de realcionarse contigo.

Es como tú la ves.

La mayoría de las personas vamos poniendo etiquetas (tanto positivas como negativas) a los demás en función del tipo de relación que tenemos en ese momento.

El problema de las etiquetas es que limita tu visión de la realidad, sólo ves una parte el resto queda oculto a tus ojos.

La consecuencia de esto es que tu actitud ante esa persona, tu comunicación, estará condicionada por esa etiqueta. El problema no es la etiqueta en sí, sino todo lo que hay detrás de ella, creencias, expectativas, valores.

Te reto a que ahora hagas un repaso mentalmente de todas esas personas con las que tu relación, tal vez sin ser muy estrecha, es algo dificil. Ponle cara, esa imagen que tienes de ella, cómo la describes y si le asocias algún calificativo (etiqueta) .

El primer paso para encontrar la solución

Si realmente quieres conseguir mejorar la relación con alguna de esas personas “difíciles” ya sea porque las circunstancias lo requieren o porque esa persona te importa, como un primer paso te propongo que te hagas las siguientes preguntas:

  • ¿Qué etiqueta le estoy poniendo a esa persona? (Es decir, cómo estás calificando su conducta, su manera de relacionarse contigo.)

  • ¿Cómo me condiciona esta etiqueta que le pongo? ¿Qué actitud tengo con ella?

  • ¿Cómo contribuyo a mantener esa situación? ¿cómo le hablo, cómo le escucho, me pongo en su lugar en algún momento?

Cuestionarnos aquello que nos parece obvio, que siempre ha sido así, o que siempre hemos hecho, puede darnos pistas sobre qué otras alternativas pueden haber.

Seguro que con algunas personas de esas llamadas “dificiles” te puede resultar más fácil que con otras. A veces no es suficiente con hacerlo una sola vez, puede resultarte complicado

ponerte en la piel de la otra persona.

Como siempre digo, es cuestión de práctica y a partir de experimentar cosas nuevas seguro que podrás descubrir más posibilidades, más opciones, más alernativas, más recursos y así también ampliarás tu mapa.

Todo ello con el objetivo último de reducir tu tensión e incrementar tu bienestar y equilibrio emocional.

Por si te pica la curiosidad, alguna etiqueta de las que he comentado, las utilizo yo otras, algunas de mis clientas de Psicoterapia.

Y por último las que me pone mi hija (lo niños lo cuentan todo), “capitana”. ¿Por qué será?

Seguro que ya has detectado algunas etiquetas. ¿Quieres compartir aquí cuales son?

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