Aquí Tienes un Secreto para Disminuir Tu Estrés

¿SABES QUÉ COSAS DEBEN DEJAR DE DECIRSE LAS MADRES TRABAJADORAS O EMPRENDEDORAS PARA NO SUFRIR ESTRÉS?

Hoy en día las mujeres, muy habitualmente, hemos asumido la responsabilidad de ser cuidadoras, organizadoras, administradoras, profesionales, madres, etc. sin pararnos a pensar o cuestionarnos las consecuencias , problemas de estrés y ansiedad , y si realmente queremos o podemos asumir todos esos roles con los estándares de eficiencia y eficacia que nosotras mismas nos hemos puesto.

Aquí tienes un Secreto para Disminuir tu Estrés

En muchas ocasiones nos cuesta darnos cuenta y reconocerlo, provocándonos ello un desgaste  físico (cansancio, bloqueos, tensiones, insomnio, etc)  y emocional (enfado, miedo, tristeza, etc) que no es más que los síntomas del estrés o ansiedad que estamos sufriendo.

Y una de esas frases o cosas que nos solemos decir y que hacen que no salgamos del círculo vicioso es:

¡Cómo voy a descansar si no tengo tiempo!

Recuerdo que tiempo atrás me decía a mí misma «estoy agotada pero  como voy a descansar si tengo tantas cosas que hacer, si no tengo tiempo».

Y seguía, seguía y seguía adelante con el trabajo, la casa, cuidando a mi hija, etc, etc. Y la sensación era que cada cosa que hacía me suponía un esfuerzo increíble… no podía, pero tenía que seguir.

Hasta que el cansancio era tan grande, que me costaba concentrarme en el trabajo, me costaba escuchar lo que mi hija me decía… y estaba malhumorada, preparada siempre para saltar a la primera que me decían.

¿Te pasa esto a ti?

Pues un día descubrí, que el origen de todo eso era simplemente que no descansaba lo que necesitaba, sí, lo que mi cuerpo necesitaba. Parece una tontería pero es que a veces las cosas más simples son las que más nos cuesta ver y aceptar.

¿Tú también te dices esto?

¡Tengo que poder con todo!. Tenía que ser autosuficiente y hacer todo lo que era mi responsabilidad. Porque descansar y  dormir  se hace de noche, no de día. Esto es lo que me habían enseñado y no tanto porque me lo dijeran sino, sobre todo, porque era lo que había visto.

Pero en aquel momento ya había descubierto que algunas de estas creencias tenía que ponerlas en tela de juicio y decidí que el día que a las tres de la tarde ya estuviera agotada, me iba a tumbar o dormir 30′. Y las cosas empezaron a cambiar.

Ya no me iba «arrastrando» cual zombi cuando estaba en el parque con mi hija, ahora podía incluso jugar con ella y correr, también escucharla verdaderamente cuando me explicaba sus cosas.

Como no llevaba tanto cansancio acumulado, en el trabajo también era más resolutiva y las dificultades o urgencias que había, podía gestionarlas algo mejor.

Y ¿cómo lo conseguí? Pues, como ya te he explicado cuestionando una creencia que tenía y sobre todo pasando a la Acción haciendo algo diferente y viendo los resultados lo mantuve en el tiempo. Puse mi atención ahí, pasó a ser una prioridad, en definitiva cambié mis prioridades.

No sé a ti, pero a mí me gustan mucho los cuentos, son muy reveladores, nos pueden dar la clave de muchas cosas importantes. Hay uno que me gusta mucho y que refleja muy bien lo que te he explicado, dice así:

«Un grupo de leñadores estaban cortando árboles en un bosque, diariamente, sin parar. Cada jornada ellos se levantaban antes y se acostaban más tarde y, sin embargo, cada vez cortaban menos árboles.

Asumieron que su falta de eficacia se debía a que sin duda a medida que avanzaban en el interior del bosque los árboles, por alguna razón desconocida, adquirían mayor dureza.

Sólo uno entre ellos cortaba más árboles que nadie, a pesar de que ni era el que se acostaba más tarde ni el que se levantaba más temprano. Además para mayor sorpresa de todos, todos los días desaparecía durante media hora.

Entre sus compañeros circulaban todo tipo de teorías, desde que tenía suerte porque le tocaban los árboles más blandos, hasta que era más fuerte de lo que parecía.

Al final uno de ellos, en lugar de seguir haciendo juicios, decidió hacerle una pregunta para averiguar en qué invertía el tiempo en el que se ausentaba. La respuesta de tan evidente que era había sido obviada:

– Durante ese tiempo me dedico a afilar mi hacha.»

Pararnos para recuperar fuerzas no es una perdida de tiempo, sino una extraordinaria inversión. 

Por supuesto, el estrés que sufría en aquel momento no desapareció de un día para otro pero sí empezó a reducirse. Ese fue un primer paso porque hay más cosas que nos contamos y nos decimos, que no nos ayudan. En el próximo post te contaré más.

Y si quieres saber más sobre el tema, sobre qué otras cosas puedes hacer y te pueden servir para reducir tu estrés y ansiedad, te puedes suscribir aquí mismo y descargarte Gratuitamente mi Ebook donde vas a encontrar más pautas que te serán útiles.

¿Cuál es tu experiencia?

Si quieres puedes dejar tu opinión o comentario sobre el tema, puedes hacerlo aquí mismo. Gracias por tu participación.

3 comentarios en «Aquí Tienes un Secreto para Disminuir Tu Estrés»

  1. M’ha agradat el post i et dono la raó en que moltes vegades estem tan atabalades amb el munt de coses que esperen la nostra intervenció que ens oblidem de nosaltres.
    Jo he estat professora de primària, he tingut quatre fills i he anat de superwoman molts d’anys. Em sabia la teoria de que havia de parar i fer una mica d’introspecció però el temps se m’escapava de les mans i no l’aplicava. Amb la perspectiva que et dóna el pas del temps, potser, faria les coses d’una altra manera.

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    • Gracias María por compartir tu experiencia!!! Me alegra mucho recibir vuestros comentarios y opiniones. Estoy totalmente de acuerdo contigo, muchas veces sabemos la teoría pero no la llevamos a la práctica. Nos parece que pararnos aunque sólo sea cinco minutos es imposible, como si se acabara el mundo. Pero esos cinco minutos pueden marcar la diferencia entre poder llevar nuestra vida hacia donde queremos y nos sintamos bien o que la vida nos lleve a nosotras. Creo que con la perspectiva que nos da el tiempo lo que podemos hacer es aprender de lo que no nos fa funcionado y tenerlo en cuenta en el presente, que realmente es donde estamos. Un abrazo

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