Cómo desarrollar el músculo de la gestión emocional

La inteligencia emocional está de moda desde hace ya algún tiempo y hay curso, libros, talleres y masters dedicados a este tema.

La idea bastante generalizada sobre la misma es que se trata de otro tipo de inteligencia que tiene que ver con las emociones: conocerlas, reconocerlas, saber gestionarlas, aceptarlas, etc.

Y ¿dónde nos enseñan a gestionar las emociones?

En el sistema educativo actual este no es un aspecto que se tenga muy presente. En algunos centros se aborda de forma colateral con otras materias, tratando aspectos como el trabajo en equipo, valores, etc.

Pero no nos engañemos, en realidad, el aprendizaje es a lo largo de la vida y durante los 5 primeros años de vida es cuando se establecen las bases. El ingrediente principal es el entorno familiar y los condimentos las relaciones que se establezcan con amigos, vecinos, compañeros de colegio.

En función de qué es lo que has recibido y visto en tu entorno:

  • del cariño y aceptación

  • tipo de crianza,

  • cómo se gestionen las emociones,

  • capacidad de adaptación a la incertidumbre,

  • flexibilidad ante los cambios

  • cómo se abordan los conflictos

  • cómo se expresan los sentimientos o cómo no se expresan

así será tu aprendizaje.

Este será el equipaje con el que viajaras durante el resto de tu vida. Por supuesto, tu capacidad de gestionar tus emociones irá moldeándose a partir de las experiencias que hayas tenido:

  • los obstáculos con los que te hayas encontrado y superado

  • la situaciones nuevas a las que te hayas adaptado

  • los riesgos que hayas tomado

  • la necesidad de buscar nuevas alternativas

Todo ello supone una enseñanza sobre la marcha que en algunos casos será muy positivo en otros casos no lo será tanto.

Las personas que a lo largo de su vida han ido adquiriendo una mayor conciencia de quienes son, son las que, a pesar de las dificultades, consiguen aquello que se proponen y por lo tanto un mayor nivel de felicidad y satisfacción.

Sí, un mayor auto conocimiento. Y no es que esta palabra sea desconocida para la mayoría, no. Actualmente se utiliza mucho, se habla mucho de desarrollo personal, de crecimiento personal.

¿Realmente de que estamos hablando?

Aunque en el diccionario de la RAE aún no aparece, una definición ampliamente aceptada es:

Auto conocimiento: conocimiento de uno mismo. Reconocer todas las virtudes y defectos. Nivel de conciencia del yo.

Según Daniel Goleman en su libro “La Práctica de la Inteligencia Emocional”, la conciencia de uno mismo es el punto de partida de las competencias personales. Es decir, cómo nos relacionamos con nosotros mismos.

Dime cómo te relacionas contigo misma y te diré cómo estás

¿Te lo has preguntado o has reflexionado sobre ello alguna vez?

Es aquello de:

  • no sé que me pasó para actuar de aquella manera
  • no era yo la que estaba hablando, aquella no era mi voz

  • no sé porque reaccioné con tanta rabia

  • no sé porque lloro tanto últimamente

Si en tu vida hay muchos momentos de no sé que me pasó o porque reaccioné así, puede ser el síntoma de que tu relación más importante, que es tú contigo misma, la tienes un poco descuidada.

Recupera tu relación contigo misma

Reconocer tus propias emociones y el efecto que tienen, es el punto de partida.

A lo largo del día se suceden multitud de pensamientos y estados de ánimo.

Probablemente, tienes conciencia de los picos, es decir, cuando notas esa opresión en el estomago antes de que por tu boca salga… como cuando una tormenta se está preparando antes de empezar los truenos y relámpagos.

Ahí, si eres consciente, ¡enhorabuena!, eso quiere decir que todavía estás viva o por lo menos sobrevives.

¿Cómo es posible que hayas llegado a esta situación?

Cuando eras una niña, un bebé, cada pequeño cambio, una mirada, un sonido, el contacto con algo o alguien, la voz de tu madre, producían en ti alguna reacción ya fuera de alegría, llanto, tristeza, enfado, malestar.. y un cierto nivel de conciencia según la edad que tuvieras.

Lo que es seguro es que mucho más del que tienes ahora.

Qué es lo que hace que ahora necesites un huracán para darte cuenta de que te pasa algo.

Luchar contra un huracán requiere una energía y recursos descomunal y si no estabas preparada para la marejada como vas a estar preparada para el maremoto.

Tener conciencia del modo en que tus emociones afectan a todo lo que haces es una competencia fundamental.

Revisa las siguientes frases y si dices sí en cada una de ellas, es que tienes esta competencia:

  • sabes qué emociones tienes y por qué

  • comprendes cual es la relación entre tus sentimientos, palabras, pensamientos y acciones

  • conoces el modo en que tus sentimientos influyen en tu rendimiento y nivel de energía

  • tienes un conocimiento de cuales son tus valores y metas

Si es no o crees que flaqueas en alguno de estos aspectos, ¡no te preocupes! Esto tiene solución.

La llave que abre la puerta a tu conciencia emocional

Lo que te ocurre y que también le pasa a la mayoría de las personas, es que tenemos “sordera” emocional.

Hay un flujo continuo de pensamientos y sensaciones. Siempre hay un estado de ánimo aunque sea subterráneo: una cierta irritabilidad, desanimo, gratitud, alegría, se van sucediendo a lo largo de tu día.

El quehacer diario, el trabajo, los compromisos hacen que no tengas conciencia de ello. Es en el momento de la tormenta, cuando no tienes tiempo material de reaccionar, cuando lo detectas.

Así, para poder ser consciente de estos estados de ánimo es necesario hacer una pausa mental. Nuestro cuerpo requiere un tiempo, su ritmo es diferente al de nuestros pensamientos.

Para unos instantes y registra qué es lo que hay, qué es lo que te está sucediendo en ese momento. Se trata de recuperar o desarrollar esa capacidad de saber que ocurre en tu interior.

NO hagas nada, sí. Nada, quiere decir ninguna tarea o actividad que implique un objetivo. Para el ruido externo para oír tu voz interna.

El silencio es revelador.

El comienzo de la sabiduría es el silencio. Pitágoras

A medida que lo practiques te resultará más fácil y tendrás una información potente y valiosa de qué es lo que te pasa antes de que llegue el maremoto.

Tu cuerpo es una brújula que te guía y te avisa, dedícale unos minutos cada día, escúchale, y podrás reducir tus tensiones, estrés, ansiedad o malestar, cualquiera que sea tu situación.

¿Cómo vas de competencia emocional? Te invito a que compartas qué es lo que te ayuda.

1 comentario en «Cómo desarrollar el músculo de la gestión emocional»

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