Tengo una amiga de la infancia, nos conocemos desde hace ¡uff!, un montón de años.
Sí, de esas a las que tal vez hace meses con la que no hablo y cuando nos vemos es como si nos hubiéramos visto ayer.
Pues cuando la veo, habitualmente, me transmite alegría, buen rollo, y me saca una sonrisa.
Cuando me despido me quedo con una buena sensación, mezcla entre alegría, contenta y siempre con ganas de quedarme un ratito más y volverla a ver.
Y es que, además del cariño que sentimos la una por la otra, me contagia su alegría, energía, su actitud.
Porque las emociones se contagian. Tanto sin son positivas o negativas, no digo malas o buenas porque a estas alturas ya sabrás que no hay emociones ni malas ni buenas.
Ahora bien, lo que si hay son emociones que son más agradables y emociones que nos resultan molestas, desagradables y por lo tanto las rechazamos.
Y por supuesto, a todos nos gustan más determinadas emociones, ¿verdad?.
La realidad es que cualquier tipo de emoción se transmite y tiene un para qué.
Los sentimientos y las emociones son el lenguaje universal que debe ser honrado.
Son la expresión auténtica de quiénes somos.
(Judith Wright)
El contagio emocional o darles las riendas de tu vida a los demás
¿Qué tienen que ver la emociones con tus amigas?
Seguro que tienes alguna amiga así. Tomas un café con ella y todo está bien y si no lo está, ella aplica el dicho de “a mal tiempo buena cara”.
Siempre se te hace corto el rato que estás con ella. Cada vez que ves a María te vas con una sonrisa en la cara y con una sensación de bienestar que te dura un buen rato.
También está Carmen que te cuenta sus problemas con su jefe o su pareja. Suele ser un problema que tiene desde hace tiempo y no sabe cómo solucionar.
A medida que te habla se enciende cada vez más y por más que tu intentas hacerle ver que está dando vueltas sobre lo mismo y no hace nada al respecto, Carmen parece no darse cuenta. Alguna vez sí que ha reaccionado y ha reconocido qué es lo que ella hace o no hace.
Cuando te encuentras con Carmen te habla de sus dudas sobre la posibilidad de hacer un cambio profesional importante o simplemente hacer un cambio de look.
Empieza a detallarte una laaarga lista de pros y contras, principalmente de pros, a tener en cuenta.
Porque Carmen ve el peligro, sopesa hasta el microgramo lo que puede o no pasar, habitualmente lo peor de lo peor, todo son obstáculos insalvables.
Vamos cuando la dejas y tienes que cruzar el semáforo dudas si debes o no a pesar de que está en verde, por si viene un despistado.
Por último esta Paquita que llega con una cara apesadumbrada explicándote que ayer, con su hija adolescente, tuvo una discusión y ahora se da cuenta que reaccionó de una manera desproporcionada y se siente mal.
Y además no es la primera vez que le ha ocurrido y siente que cada vez se están alejando más la una de la otra. Porque cree que no es una buena madre, porque no se siente capaz de salir de ahí, porque siempre repite lo mismo, porque…
Y así poco a poco es como si el sol que resplandecía hace unos minutos se hubiera apagado. Comprendes a tu amiga, la escuchas atentamente ¡sobretodo empatía! y cuando te despides te vas con los hombros caídos y como si llevaras 50 kilos más encima.
¿Con cual de ellas sueles pasar más ratos?
Seguro que, sin proponértelo, ahora llevas un tiempo que estás más a menudo con una de ellas. No necesariamente con la que más te gusta, que es María por el buen rollo que te transmite.
Si te gusta más estar con María, ¿la llamas? ¿haces algo para estar con ella?
Así tu estado emocional va cambiando según el viento que sopla o la amiga con la que te quedas.
Para simplificar podemos decir que sentir una emoción puede ser porque nos han contagiado o porque algún hecho o situación nos la provoca.
Falso, si piensas eso, estás poniendo en manos de otros y de las circunstancias las riendas de lo que tu sientes, de lo que te sucede.
En realidad depende de ti y sólo de ti que dejes que el otro o la situación cambie tu estado anímico.
Y me puedes decir: “pero hay situaciones o hechos que te pueden afectar y provocar determinada emoción. Si no, sería un tempano de hielo”.
Tienes toda la razón, en la vida te encuentras con situaciones o hay sucesos a tu alrededor ante los que no te puedes quedar indiferente, que te afectan.
Tienes dos alternativas: dejar que los caballos se desboquen o tomar las riendas. Para ello comienza por hacerte estas preguntas cuando empieces a notar que se aceleran:
-
¿Es tan importante en mi vida cómo para que me afecte así?
-
¿En qué medida depende de mi cambiar o solucionarlo?
-
¿Que tipo de pensamientos tengo respecto a esto que ha ocurrido?
¿Qué es lo que te pasa con las emociones?
Parece como si tuvieras una relación de amor odio con ellas. Te peleas porque se presentan en el momento menos esperado, porque no es la emoción que toca, porque te pone en evidencia, porque siempre aparece cuando crees que ya esta olvidada y es perseverante y se repite y repite.
Es como esa amiga que te insiste para ir a ver una película que no te gusta y cuando crees que ya ha aceptado que no irás, vuelve a la carga y te pilla sin argumentos y baja de asertividad. Con lo cual claudicas y no sabes muy bien cómo ha sido y además te enfadas contigo misma por haber hecho lo que has hecho.
Aunque no te guste, es una amiga que viene a decirte algo de ti misma. Escúchale para poder saber con qué tiene que ver.
Los 3 errores que hacen que te quedes estancada
Tu vida es un constante fluir de emociones, de algunas de eres consciente de otras muchas no.
Algunos de los errores que tal vez estés cometiendo, puede que no siempre sea el mismo probablemente hay uno que se repite más, son:
ERROR Nº 1: No saber que es lo que sientes.
A veces lo que hay es confusión, no tienes claro que te ocurre.
Una manera de averiguar que hay es pararte por unos minutos y poner tu atención en cuales son tus sensaciones:
- si notas alguna tensión
-
si es así donde la notas
-
cómo es
-
si es algo que ya te suena de otra ocasión
Esta es la manera de poco a poco ir tirando del hilo y deshaciendo la madeja hasta llegar a identificar y tomar conciencia de lo que te ocurre.
ERROR Nº 2: No aceptar el sentimiento o la emoción que hay
Porque no toca, porque te resulta desagradable y te rebelas.
En ocasiones lo único que puedes hacer y lo que te conviene hacer es aceptar lo que hay:
-
Porque ante una perdida (puede ser de un ser querido, de una relación, del trabajo, etc) lo que hay es dolor, es tristeza y tienes que pasar por ahí para después poder recuperarte, por lo tanto acepta ese sentimiento.
-
Porque cuando tu salud o la de tu pareja, madre, padre, hijos está en juego sentirás miedo, temor y es así.
-
Porque cuando sufras una injusticia o la veas a tu alrededor, sentirás enfado, rabia.
Acéptalo y no te resignes, mira que es lo que puedes hacer, qué es lo que está en tu mano para solucionarlo o cambiarlo en alguna medida.
ERROR Nº 3: No querer mostrarlo.
No puedes mostrarte vulnerable, de carne y hueso. Eso no va contigo o no está bien visto o qué pensaran.
Tal vez sean esas las cosas que te dices.
Observa qué es lo que te dices, probablemente tenga que ver con lo que te han dicho o has oído durante mucho tiempo. Cuestiónatelo.
Expresar, expresarte, cómo eres, lo que sientes, lo que piensas es algo
fundamental para liberarte y ser tu misma.
Cada una de tus amigas más allá de lo desagradable o agradable que te resulte, están ahí porque te esta pasando algo.
¿Qué es lo que te está pasando para estar así?
¿Hay algo que no te gusta, que te molesta, que consideras injusto, que te bloquea?
¿Que esta en tu mano para cambiarlo? Si tú puedes hacer algo, hazlo.
Puede que te cueste o que no sepas cómo. Busca la manera, pide ayuda, pero no lo dejes pasar porque creas que ya se solucionará. No se solucionará sólo si realmente tiene que ver con algo importante para ti.
La única persona que puede hacer algo eres tú y si miras hacia atrás en tu vida, seguro que ya has encontrado soluciones a muchas situaciones y a muchos problemas.
¿Qué haces para encontrarte con María? Me encantaría que lo compartieras aquí y si tienes algún otro comentario, también.
Si te ha gustado y quieres recibir cada semana los post que publico, apúntate a la newsletter.
A mi me ayuda mucho quitarle pragmatismo a la vida: pensar que estamos de paso, que es un instante comparado con la eternidad. Esto me lleva a vivir intensamente, a aflorar y canalizar mis emociones en positivo y a rodearme de personas entusiastas y optimistas. Gracias Montse por este fantástico artículo!
Muy buena táctica la de poner distancia y relativizar lo que ocurre en cada momento. Gracias a ti David por compartir tu experiencia, así tenemos más opciones. Muchas gracias por estar ahí. Un abrazo.